Pausé. ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo hacerlo? Paré. Con esto también se detuvieron las ansias. Mi estrés. Estoy tranquilo. Estoy calmado. Intentando disfrutar de un clima frío del que tanto me alejo. Es intencional. No es casualidad. Un momento para mí. De mí. Ahora pensando en la simplicidad de
Tengo ansias de contar lo tapado. De contarles de lo perdido. Que no he contado. Que he sentido. Aún no termina, pero este año ha resultado en tocar fondo y bajar un nivel más. He tenido episodios de depresión severa. De desesperación. Debido a esto ahora voy a terapia cada
He intentado entender en dónde estoy. Es como un mar de niebla. Es gris. Pero nada oscuro. Esta neblina es clara. Y se mantiene así. No se oscurece y no se aclara. Es un gris infinito. Ya he intentado caminar. De correr. Pero parece que no avanzo. No hay nada
Siento el malestar rondando por cada célula de mí. Raspa con ardor a cómo soy azotado por las paredes inexistentes que me pongo. Acorralado por esas paredes de mi mente. Jalado y empujado. Ni de aquí ni de allá. Nadie lo puede merecer más, más que yo. No hay nada
De lo único que me encuentro agradecido es de la pretensión. Así es, el pretender. Sí, me acuerdo bien de cuándo fui feliz. Parece cada día un pensamiento más y más distante. Cada día, semana o mes pienso y me pregunto: ¿cuándo me tocará serlo de nuevo? ¿Fue la última
Siento que pasa por mis venas. Por cada rincón de mi ser. Durante cada segundo. Cada minuto. Cada hora, día, mes y año por los últimos años. Un sentir de espacio. Un vacío. Un dolor electrocutante. Cansancio. La vida jugando a ser terrible. No mejora. Pareciera que todo día es
Qué ridiculez. Me estoy atando cada día a imposibles. No sé cuándo empezó la degradación. Una sinfonía de dolores, orquestada por decepciones, iluminada por pensamientos pasados, juzgada por nada más y nada menos que el maestro del mártir: yo. Intento. Intento siempre dar aunque no reciba. Y aun así, termino
Por más que intento sentir, no siento. Pero, a la vez, lo siento todo. Pocos sentimientos que saturan la mente. Mi mente. No hay necesidad de que se sientan muchos para que esto sucediera. Más que sentir, quisiera expresar. Siento que me ha faltado mucho por sentir. Por experimentar. Por
Lo que más me genera tristeza es la caída de valor de mi persona ante los demás. La costumbre de no ser valorado. La fórmula desigual en donde a no es igual a b. Con tiempo se generan más y más expectativas. Con estas se hacen más y más cosas.
Qué inconveniente y desesperante se está convirtiendo la vida. Tan ridícula. Tan desgraciada. Tan real. Gusto divino el desaparecer de la faz o seguir en la faz bajo otras condiciones. ¿Entonces aún tengo esperanza? Condiciones que suenan fantasiosas. Poco reales. Espera, ¿yo decido el rumbo? Pero qué incómoda acción el
Es cierto. Cada día terrenal es imperdonable. Una desgracia. Para la existencia. Nunca nos es suficiente. Ambiciones más grandes que nosotros y nuestra realidad, realidades. Tan limitados. Tan necesitados. Con mala suerte, incluso. Queriendo culpar a alguien o algo fuera de punto. Tan dañados. Tan frágiles. Pero aún enmascarados. Vivimos
¿Por qué me es difícil ver la llama de la alegría? ¿Quién la apagó? ¿O cómo sucedió? Sonará extraño, o tal vez sea de lo más común, pero es un sentimiento que no aparece durante mi día a día. No lo siento cuando debería, o cuando se considera que debería.